Retinas cubiertas de carmín
Cuando te pedí que rozaras mis ojos con tus labios no pensaba que
acabaríamos así. Ahora, desde aquel incidente, debo de llevar un parche donde
antes habitaba mi querido lucero. No me importa lo que ocurrió, yo quería que
lo tuvieras. Pero me enfada el descaro que tienes, pues veo lo que tu boca
quiere, lo que tus labios desean, lo que tu lengua recorre. Quisiera ser yo el
objeto de tu ocelo.
Fotografía de Alberto Schommer
Microrelato para Escribe Fino - Viernes Creativos
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