El síndrome de Charles Bonnet

Lo bautizaron como Charles, de apellido Bonnet. Rápidamente su vida se plago de un espiral inmenso de caos. Su visión desgastada, en unos ojos claros y de tierna edad, fueron los causantes de su ingreso en el viejo hospital del condado. Sus pupilas se mostraban ausentes ante lo que acontecía. Su mirada de la vida era distinta y por eso lo tildaron de loco. Sus luceros registraban imágenes que nadie más podía ver, ni los gatos negros que dormitaban en los parques del psiquiátrico. Un día castro a su médico y degolló a una enfermera. En el juicio fue claro, el vio  como un enorme monstruo entraba en su habitación y tuvo que defenderse ante tal barbaridad humana. Cogió unas tijeras y le amputo los tentáculos que colgaban bajo sus piernas. El monstruo cayó rendido al suelo, entre sollozos y alaridos. Entonces entró una sirena, que con sus cantos intento embaucarlo y convertirlo en monstruo, como ese que yacía muerto en el suelo de su mazmorra. Cogió las mismas tijeras con las que había cortado esos gelatinosos tentáculos y rajo la garganta de la nereida que, lentamente, apago su voz. De su cuello salieron hadas, que bañaron sus retinas, con polvos nacarados.  

Relato publicado en Escribe Fino - Viernes Creativos 
https://elbicnaranja.wordpress.com/2015/09/25/viernes-creativo-escribe-una-historia-112/comment-page-1/#comment-4469

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