California Dreaming: Casa de muñecas.


No tengo ni la menor idea de que ocurrió anoche. Iba tan colgada que me podría haber cepillado hasta a mi hermano sin darme cuenta. Puta resaca, siempre conmigo cuando menos te necesito, pero bien es cierto que yo te busco con empero en el fondo de vasos extraños, en cubos de basura oxidados, en los antros más merdosos, que solo de sentarte en una de esas sillas te infectas de lo lindo de cualquier barbaridad.

Vagas imágenes rondan por mi cabeza. Como el jodido flash de un paparazzi pesado. Recuerdo haber salido del curro con lo puesto, liarme un peta esperando a Claus e irnos al centro a emborracharnos en su destartalada moto fucsia putón. Casi todo estaba cerrado, pero un par de antros, de esos que nos gustan a nosotros, aún permanecían en activo, llenos de meados y potados por todas partes. La pura esencia de un buen garito: música, drogas, sexo y todo tipo de fluidos (y no tan fluidos) corporales. De repente un flashazo y de ahí salto a verme en la barra del Eskalofríos haciéndome la ronda interminable de chupitos de absenta. Claus estaba de lo más pesado. Supongo que tendríamos un par de besos tontos y punto, las cosas con él de otra forma no hacen más que torcerse, además, lo prefiero como amigo, de la otra forma solo hace que cansarme con sus memeces y sus celos paranoicos. ¡Flash!. Claus había desaparecido, ¿por que cojones me dejaría tirada?. Yo medio mosca me piré por la calle para ver si conseguía algo de dinamita, pero la cosa estaba chunga, pues todo estaba de lo más muerto. Otro puñetero flash. ¿Pero que diablos me metería en el cuerpo anoche?, ¿4 litros de birra con un par de mescalinas y unos buenos porretes?. ¡Ni de coña!.

Me digno a abrir mis perezosos ojos y miró el reloj que tengo en la mesa de al lado. Marcan las 12.30h. Puff, no he dormido ni tres miserables horas. Me quedo embobada mirando el techo, siguiendo con mi mirada cada una de las estrellas pegadas con cariño en ese techo violeta. ¿Pero donde coño me he metido?. La pared de mi habitación solo está llena de grietas profundas y feas humedades. Me levanto de golpe, pero mi cerebro me mata de dolor. Dios, siento mis latidos hasta en el culo. Estoy en una habitación de cuento, rosa por todas partes. Bonitos lienzos colgados en las paredes, una estantería de roble repleta de libros, un sofá de cuero magenta y una adorable casa de muñecas de cuatro pisos. Tengo que salir de esta pesadilla Barbie. Abren la puerta y yo me sumerjo de nuevo bajo las sábanas, y en ese mismo instante me doy cuenta de que no llevo nada puesto. ¡Maldita sea!, espero no haberme liado otra vez con algún capullo casado. Oigo unos pasos ligeros. A escondidas, miró quien está fuera, no me apetece dar explicaciones ni que me las den. Es una chavalita, delgada y bajita. Lleva puesto un albornoz amarillo y el pelo enrollado en una toalla ocre. Deja el albornoz sobre su escritorio y comienza a ponerse crema hidratante por las piernas. La chica está muy bien. Tiene un cuerpo muy atlético y un bronceado envidiable. Realmente, la tía está muy buena, es jodidamente sexy y tiene un morbazo. Lo único que espero es que sea mayor de edad, por que si no, la he cagado. ¿Por qué no me iría con el pringao' de Claus?.


Comentarios

  1. Hola!
    Por fin, una entrada bien fresca en tu blog!
    ¿Es la misma chica que la anterior verdad? Aunque esta vez se le nota más alocada que la anterior y como siempre, un final inesperado, acabando en una habitación de una cria que juega a muñecas pero está buena, interesante jeje. Tengo ganas de saber como acaba esta historia, cuando se cruzan tus personajes con los de tu amiga y sobretodo saber que futuro le depara a esta chica.

    Un beso gigante!

    ResponderEliminar
  2. Bueeeno ya estou aqui!! A ver el ralato es corto y no hay mucho que decir, bueno la tia es una salida, en esa situacion lo primero que piensa es que la tia esta buena y si sera mayor de edad...esta mujer va a tener algun atriburo positivo?? En fin ya te puedes quedar tranquila que ya he cumplido mi deber como fan :)

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿Qué hace un bolchevique cuando se zambulle en el Mar Rojo?

Chicago en llamas

Ensoñación (anti)capitalista