Granada

Una vez arrancado su corazón no pudo resistir en saborear su dulce sabor. El aroma a granada invadía la sala. Ahora estaba sola, pero sentía que su vida latía por primera vez. Turbada se quedó en silencio, sintiendo el bombeo de la sangre circulando entre sus manos. Un río rosado recorrió su espalda, empapando su vestido blanco. Solo podía escuchar sus gritos y como ella, sin piedad, le arrebató la vida. Los fantasmas deambulaban por la habitación, volviéndola loca de nuevo.   

Fotografía de Josephine Cardin

Comentarios

  1. Es interesante que matar a alguien deje olor a granada jajaja y solo a ti se te ocurriria un relato de asesinato con el titulo de una fruta jajaja

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