La epopeya de los otros
Yo he visto el rostro de la muerte de cerca. Primero fueron mis padres en
ese terrible accidente de tráfico hace apenas unos meses y ahora mi abuela, que
tras dos largos años de lucha, no ha conseguido derrotar al temible cáncer que
contaminaba su cuerpo. Pero aunque ella no esta
presente aquí, sabemos que jamás desaparecerá de nuestras mentes y corazones,
pues ha hecho tanto, que su paso no podrá ser borrado por nada ni nadie, aunque
lo intenten, fue única, una pionera en muchos aspectos. Ella fue grande, una guerrera, que desde siempre
lucho contra todos aquellos que le hacían callar por ser mujer, aquellos que le
hacía llorar hasta sangrar, aquellos que la despreciaban, la insultaban, la
anulaban, la acosaban… tantos y sin motivo alguno. Como sabéis todas, mi abuela
se exilió para huir de un matrimonio concertado con un hombre al que odiaba y
de un padre que abusaba de ella. Durante su huida empezó a vestir de hombre y a
hacerse llamar Teemu. Simplemente lo hizo porque le resultaba más fácil viajar
como hombre que como mujer. Vivió unos años siendo un hombre, sintiendo el
poder de cerca, el poder otorgado por un injusto rol de género. Tuvo numerosas
amantes, las cuales nunca descubrieron su verdadera identidad. Pero un día, se
sintió corrompida, una fuerte oleada de culpa le golpeo, y así, sin más, se
quito la benda que oprimía sus pechos, el bulto que llevaba en la entrepierna y
todos aquellos absurdos adornos que le daban ventaja frente a ella misma. Y así
volvió a ser Sanna, una mujer, una inigualable luchadora, volvió a ser Ella, con su sonrisa, sus gritos, su
belleza, su testarudez, sus llantos, sus razonamientos… y para los hombres
volvió a convertirse en algo, un objeto, un cuerpo, una mente vacía… de nuevo,
el otro. Así que volvió a la batalla, al día a día, a las replicas, las
acusaciones, los abusos… pero eso no la freno nunca, pues ella nació para ello,
y murió, porqué así lo decidió la sucia muerte, pero seguirá luchando desde la
tumba, removiendo conciencias con sus palabras, sus emociones y sus gritos de
valquiria.
<La mujer
no es nada más que lo que el hombre decide que sea; así, se le llama "el
sexo" queriendo decir con ello que aparece esencialmente ante el hombre
como un ser sexuado: para él, ella es sexo, y lo es de un modo absoluto. Se determina
y se diferencia en relación al hombre y no en relación a lo que ella misma es;
ella es lo inesencial frente a lo esencial. Él es el sujeto, el absoluto: ella
es "lo otro"> Simone de Beauvoir.
Hola mujer!
ResponderEliminarSoy Laura, perdona que no haya podido comentar últimamente pero entre que no tengo internet y que he estado ocupada no he tenido cabeza para esto, sorry.
Al principio de la historia, pensaba que hablabas de tu abuela pero veo que no jeje. También me ha parecido extraño lo corto que es el relato, nada típico en ti.
Besos.
Hola!! por fin me he acordado jajaja
ResponderEliminarVeo mucho de ti en este relato, sobretodo con como describes a la mujer y como esta lucha por vivr dignamente en un mucdo machista.
Esa clase de mujeres son un tesoro y has sabido plasmarmo muy bien :)
fenomenal!
ResponderEliminarHolaa,
ResponderEliminarMuy buena la historia.
Te quierooo