La obra
El reestreno de La Gioconda estuvo cargado de giros inesperados. El público, conformado por grandes celebridades y gentes del mundo del arte, quedó conmocionado ante la asombrosa y locuaz representación del equipo. Nunca pudieron captar el entresijo enmarañado de emociones, traiciones y crueldad dada por el director de la bella obra. La música, elemento detonador para borrar sus consciencias y guiarles hacía la ruina, era el arma usada por un enfermo con sed de venganza. El continuo rechazo de la población a sus escritos hizo que fuera encerrado durante años en un centro donde se trataban trastornos mentales graves. Él jamás quiso mejorar, y durante su estancia en el infierno institucional trazó la represalia más cruel y sanguinaria jamás narrada. Constituyó un elenco de actores y actrices poco conocidos y los forjó en el arte narrativo, en la representación teatral, en la danza y el canto, y sobretodo, inyectó en su subconsciente el germen de la vendetta. Fueron muchas l...