Donde solíamos amar
Las viejas calles del barrio del Carmen ocultan los secretos de los amantes, de las personas heridas por el amor descortés. La gente ocupa sus arterías, entre risas y cigarros. Un vendedor regala rosas al final de su jornada. Russafa rezuma rabia e infidelidad nocturna. Sus besos saben a cerveza y su cuerpo se mueve al son de los flashes cegadores. El Cabanyal lame la aflicción con sal y sol. Meciéndonos con las aguas del Mediterráneo, cubriendo nuestros pensamientos de arena cálida. En Zaidía cruzamos miradas cuando pedaleamos nuestras bicicletas. Decidimos perdernos a través del río. Nos fundimos con la lluvia y la niebla nocturna que oculta a los marginados. Aquellos que nadie quiere ver su amor. Los barrios de Valencia se unen entre sí, dejando que los enamorados transiten de un lugar a otro. Patraix abraza a Jesús, pero este siente un especial interés por la Ciutat Vella, que le muestra sus rincones más antiguos. En Benimaclet se organizan festejos. Todas salen a la ...