California Dreaming: Adara.

Me lío un cigarro esperando el bus nocturno y sigo pensando en ese absurdo espécimen al que me he follado hace quince minutos en un descampado y he dejado más tirado y desesperado que un mandril con el culo en llamas. Debe de tener el puto trasero ensangrentado con tanta basura que había en ese inficionado suelo. Maldito ingenuo. Sabía que si le seguía el rollo iba a tener lo que buscaba. Es el primer capullo que veo que se pone de nombre, en un local de citas, el de un jugador de béisbol. Patético. Y encima, luego le entra a las tías con ese rollo de menda superior, intransigente e inflexible, en fin... que se lo tenía muy creído y alguien debía bajarle los humos a ese trocito de estiércol. Seguro que no pensaba que la noche iba a acabar así para él. Jodido pringao. Gracias por los 20 euros y siento lo de tu mortecino orgasmo. Llega el autobús con veinticinco minutos de retraso. Esta noche bato mi récord de impuntualidad en el curro. De todos modos, entra...