Sueños grises

En mis sueños siempre aparecía una barca. A veces repleta de pasajeros, otras yacía sola, perdida. De la tranquilidad al sosiego. De la abundancia a la austeridad. Esa barca era mi destino. En el último sueño ya no había mar, ni ríos, ni un mísero charco del que poder beber. Acabé como acabamos todos, varada en un callejón sin salida, como un hámster dando vueltas en la misma rueda toda su vida.

Microrelato para el concurso de septiembre de Internacional Microcuentista

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