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Mostrando entradas de octubre, 2012

Hormiga plateada y el pájaro más negro

      Sólo puedo pensar en esos ojos negros. De su boca ni un hálito de esperanza. Revoloteaban las moscas sobre su cuerpo ya putrefacto y esos pájaros tan bellos y negros rompían las oscuras nubes con su danza mortuoria. Su cuerpo se veía menudo, en una postura de paz, pero a su vez de tortura. Blancos gusanos le salían por sus orejas puntiagudas y de su boca, una fila de hormigas plateadas bajo la luz de la incipiente y alejada luna. Yo sólo fui capaz de llorar confusa, de abrazar su delgado cuerpo y sentir sus huesos rotos en mis brazos, astillados y helados, completamente partidos, troceados y olvidados por sus músculos que yacían colgantes como pellejos sin piel. Luego limpie sus profundas heridas, removiendo un amasijo de carne sangrienta sin sentido alguno y no cese de besar sus labios fríos, con la demente y falsa ilusión de que alguno de esos besos fuera respondido o que me condujera lejos de ese lugar azotado por la mano de Dios, por su ira y rabia absoluta, sentirme apartada

La verdadera historia de como pude sobrevivir a un rayo‏

      Reunión primera de Adam: No se que hago metido en esta habitación con semejante panda de locos. Esto es absurdo. Yo no tengo ningún problema. Estoy bien. Solo tengo un poco de ansiedad, nada más. No soy como ese, ni como esa y menos como esa tipa de ahí. Pufff... es ridículo. ¿Por que le hice caso a Débora?. Ella tendría que estar aquí, no yo.  - Hola, soy Roberto y padezco dextrofobia. Me aterran los objetos situados a la parte derecha de mi cuerpo - dice un hombre de unos cincuenta años de edad. Le falta el brazo derecho. A su derecha no hay nada.  - Yo soy Nicola y tengo xanthofobia. Tengo fobia al color amarillo - dice una mujer que lleva gafas de sol muy oscuras, tan opacas que no se como puede ver en la sala. Viste completamente de negro. - Buenas tardes, yo soy Rosa y padezco anatidaefobia. Tengo pánico a que un pato me este observando en cualquier momento - dice una chica pelirroja de piel pálida y veinte pocos años - Ya no puedo ir a los parques, cada

Erudito de las nubes

- ¿Desde cuando trabajas aquí? -le pregunta dándole un sorbo a su martini.  - Dos años. Justo hoy hacen dos años - le dice con media sonrisa mientas seca las copas y las coloca en la estantería tras su espalda. - Vaya... pues no te había visto nunca - brama perplejo mientras enarca una ceja- Y eso que vengo casi todos los días - se troncha estridentemente. Tiene una risa de villano de película de serie Z. Lleva una camisa color salmón y unos pantalones de vestir negros, con ralla plisada por encima de la pantorrilla. Le recuerda a su abuelo. Solo le falta una espesa barba negra canosa y clavadito. - Soy discreto. Mucha gente no se da cuenta de cuando aparezco y cuando me voy. A veces es un problema con los jefes - ríe educadamente - pero un placer para nuestros clientes. Ya me entiendes - dice señalando discretamente con la bayeta al grupo de swingers de la sala.  El local esta dividido en salas. Cada habitación esta equipada con camas y/o sofás y condones de todo