Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2011

El declive del fuego

Ya solo quedan unas pocas brasas vivas en el suelo y siento como se rasga mi pecho con los últimos potentes latidos de mi duro corazón, en el fondo son como pequeños ronroneos de un gato moribundo, que maúlla con locura protegiendo su lugar y yo no puedo morir ahora, aún tengo que completar mi obra, aunque siento que estoy a punto de espirar mi último aliento. La casa se ha reducido a cenizas, los cuerpos de mis dos hijas y mí mujer han quedado completamente calcinados. Y aquí estoy en el suelo, acariciando el cuerpo de Valentina, churruscada como un trozo vulgar de carne. Todo ha sucedido muy rápido, la gasolina estaba en mi manos, primero rocié a las niñas mientras dormían y luego, como un demente perturbado, les prendí fuego, con una sonrisa endemoniada pintada en mi rostro. He observado maravillado ese continuo Valls que las llamas me ofrecían en esta noche de luna llena. Bailaban sobre las cortinas, se deslizaban sobre sus juguetes, lamían el suelo con lujuria y luego, h